Las Hermanas García, rescatando el bolero

La Costa Chica de Guerrero es un paraíso del bolero con sabor a mar, de las chilenas y cuna de las bohemias, espacio donde se reunían los trovadores para hablar de poesía y transmitir con sus guitarras las alegrías y tristezas de la vida. Entre oleajes de los viejos boleros de Álvaro Carrillo e Indalecio Ramírez, las melodías del requinto de su padre Mariano García y la riqueza musical afromexicana de su madre, Eugenia Santiago Chacón, Las Hermanas García heredaron su pasión por la música de la costa y de hacer sus propias interpretaciones del bolero.

“Los boleros tienen buena letra, mucha poesía y también son difíciles de entenderse. Nosotras le decimos a mi papá que nos explique, pero creo que con la experiencia hemos entendido más; nos gusta mucho y nos sentimos orgullosas que a nuestra edad ya estemos contagiando el bolero a los jóvenes, que era una de nuestras metas”, explica Celia.

Álvaro Carrillo ha sido muy importante para nosotras, porque mi papá lo interpretaba, y una vez nos llamaron como La herencia de Álvaro Carrillo, pero sentimos mucha responsabilidad. Eso nos ha hecho querer mejorar, y a esta altura lo que la gente piensa de nosotras, representa muchísimo

– Laura García

Cantante

Al inicio, la gente no entendía cómo podían interpretar los boleros, pues en estos las emociones se viven a flor de piel.

En sus voces, el bolero mexicano se reinventa para las nuevas generaciones, romántico, fresco y apasionante; precisamente, esa ha sido una de sus aspiraciones, que los jóvenes se den cuenta de la poesía del género y de que es para todas las edades.

Con información de Reporte Indigo

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