Netflix ha estrenado Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer, ficción creada por Ian Brennan y Ryan Murphy. La serie está basada en la truculenta historia real de Jeffrey Dahmer, un terrible asesino en serie conocido como el Caníbal de Milwaukeeque está interpretado por Evan Peters, el Quicksilver de la saga X-Men que ya había coincidido con Murphy en la también muy siniestra serie American Horror Story.
Dahmer nació el 21 de mayo de 1960, comenzó a matar al cumplir los 18 años y dejó 17 víctimas antes de ser apresado en 1991. Dahmer asesinó a 17 hombres de distintas edades, con un modus operandi que incluía la violación, la necrofilia, el desmembramiento y el canibalismo.
Cometió su primer asesinato en 1978. Dahmer era un adolescente introvertido y asocial, que había comenzado a crear una extraña afición a examinar los cadáveres de animales muertos y era un alcohólico ya a tan temprana edad. Dahmer recogió a un autoestopista, Steven Hicks, y lo convenció para ir a su casa a beber cerveza. Después le golpeó en la nuca con una pesa de 10 kilos, le desmembró y enterró sus restos esparcidos en el jardín familiar.
Dahmer ingresó y abandonó la universidad al año siguiente, debido a su alcoholismo, y se alistó en el ejército donde ejerció como médico de combate en Alemania entre 1979 y 1981. Sus problemas con la bebida no cesaron y por ellos fue despedido del cuerpo y enviado a vivir con su abuela a Wisconsin. Allí comenzó a frecuentar bares y locales gais de la zona, drogando y violando a varios hombresmientras yacían inconscientes.
Steven Tuomi, un hombre que conoció en uno de estos locales, fue su segunda víctima en 1987. Ahí comenzó una espiral de violencia que fue haciéndose cada vez más grande a cada año que pasaba. Dahmer comenzó a experimentar con sus víctimas, tratando de convertirlas en una especie de “zombis” que se plegaran a su voluntad. Usó muchas técnicas diferentes, como perforar agujeros en su cráneo e inyectar ácido clorhídrico o agua hirviendo en sus cerebros.
Dhamer asesinó a dos víctimas más en 1988, una en 1989, cuatro en 1990 y ocho en 1991, hasta que Tracy Edwards escapó de sus torturas el 22 de julio de ese año y, gracias a su testimonio y a las pruebas encontradas en la casa de Dahmer, el asesino fue arrestado. La policía encontró cuatro cabezas cortadas en su domicilio (una en el congelador, junto a un corazón humano), múltiples fotografías de las víctimas siendo desmembradas y un altar construido con velas y cráneos en su armario.
Dahmer fue sentenciado a 957 años de prisión (15 cadenas perpetuas), pero solo cumplió 3. El 28 de noviembre de 1994, fue atacado por otro recluso y murió de camino al hospital por un traumatismo craneal.