
Atún en conserva y en lata, sí, pero con moderación, y siempre elegir mejor atún a secas que en las que ponga atún claro. Los metales pesados que contienen no son recomendables en altas dosis.
El tema del mercurio y los metales pesados en el pescado no es nuevo. Ya lo alertaba el presentador de ‘La ruleta de la suerte’, Jorge Fernández, hace años. Con lo pescados grandes nunca hay que excederse en el consumo, y no es solo el atún, también el pez espada, por ejemplo.
Pero con el atún en conserva, tan presente en las dietas de los gimnasio, hay que tener cuidado con tomarse 15 ó 20 latas de atún a la semana, que todos lo hemos hecho en algún momento de nuestras vidas.
El atún en lata o conserva lleva cantidades de mercurio, en teoría controladas y supervisadas por la OMS, pero la experta nutricionista Blanca García, @blancanutri en redes sociales, aconseja: «En el supermercado escoge las latas de atún que tengan la denominación de atún y no atún claro, es la especie que menos metales pesados contiene y en ese sentido la más saludable para los amantes del atún en esta variedad».
El atún en conserva como fuente de proteínas
Rocío Maraver, dietista y nutricionista, asegura que la lata de atún podría catalogarse como un producto procesado saludable. Aunque hay dos factores a tener en cuenta para su consumo: el mercurio y la sal. «A medida que avanzamos en la cadena trófica se va acumulando más mercurio. Por eso siempre se recomienda hacer un consumo mayor de pescados azules de pequeño tamaño», nos comentaba la nutricionista hace unos años en una entrevista.
Cada 100 gramos de atún en conserva (lo que equivale a una lata y media), tanto al natural o en aceite, aporta a nuestro organismo 1,5 gramos de sal.









